El Cid legendario - rock español

Capítulo 3: El Aspirante

>> sábado, 11 de abril de 2009

El Aspirante

Era uno de esos días en los que Rodrigo Palacios había optado por huir temporalmente de su casa enclavada en la parte vieja de Polanco, una de las colonias más renombradas para tomar un café en el Sanborns de la esquina. Su mujer, Ana y su suegra doña Refugio nuevamente habían optado por sacar a relucir el tema del viejo bienestar que solía haber en casa antes de que muriera su padre y esposo respectivo. A Rodrigo eso le molestaba de sobremanera. El hacía su mejor esfuerzo como asesor económico de varias empresas y como actividad secundaria estaba trabajando en el establecimiento de un nuevo partido político que fuera una alternativa viable para el país ante el verdadero desastre que habían resultado ser los partidos establecidos.
Sentado en la mesa del restaurante y habiendo sacado el libro de economía que ahora estaba estudiando, la mesera le puso un café en la mesa con una sonrisa y le preguntó si deseaba algo más, sabiendo de antemano que la respuesta iba a ser negativa. Rodrigo pasaba varias horas al día en el restaurante leyendo y bebiendo solamente un café negro, sin crema ni azúcar. Solo de vez en vez, cuando la hora de su llegada coincidía con la de sus alimentos pedía unas enchiladas rojas. Era un hombre en extremo rutinario en sus hábitos externos, cosa que le permitía que en su mente entraran pocos elementos que pudieran sacarlo de sus reflexiones. Gran parte de su vida transcurría en su interior y Rodrigo realmente no necesitaba de mucho más en la vida, pero había llegado el momento de proyectar ese mundo de reflexiones hacia el mundo exterior, el mundo que se podía llamar “real”.

La semilla había crecido lenta pero inexorablemente. El paso por la universidad, su participación en la huelga estudiantil del 87, especuló con participar activamente en diversos partidos políticos pero pronto quedó desencantado para la falta de propuestas que pusieran en primera fila los grandes temas de la vida social e individual más allá de las improntas dictadas por la ideologías y los intereses del sobrevivir político que dependía totalmente de la creación de mercados electorales coyunturalistas.

A lo largo del tiempo había conocido a mucha gente que pensaba de forma más o menos semejante, pero no podía o no quería actuar directamente por razonamientos semejantes. La “grilla” como la voz popular llama a la actividad política despectivamente, asustaba a la mayoría de la gente que no se veía participando en el interior de partidos en interminables discusiones, militando en alguna de las tribus de la izquierda o participando en los sistemas de compra-venta de intereses al estilo Fernández de Ceballos.

Un día, al evaluar la cantidad de gente que conocía y que no estaba de acuerdo con las propuestas políticas existentes, Rodrigo había redactado un pequeño panfleto, sin esperar nada concreto y había pedido al calce que si el lector estaba de acuerdo con sus ideas, llenara un formato provisional de adhesión y difundiera el escrito entre sus conocidos. La respuesta fue impresionante e inmediata. En unos cuantos meses los formatos de adhesión se fueron acumulando por centenares en su oficina y Rodrigo, se dio cuenta que contaba con las cien mil firmas de apoyo necesarias para la conformación y solicitar el registro de un nuevo partido político. Fiel a sus principios de no adherirse a ninguna línea ideológica, había bautizado el partido con un nombre sencillo pero poderoso: Ollin México.

De acuerdo a las antiguas fuentes del conocimiento prehispánico, la palabra náhuatl “ollin” significa movimiento, pero en el tonalpohualli, el antiguo calendario azteca, no solo es el movimiento, sino también la inquietud creadora que lleva a las personas al conocimiento.
De acuerdo a una interpretación, el día ollin en el calendario azteca es un día auspicioso para el principio activo y malo para el principio pasivo. Ollin es un día del corazón puro, lo que significa aquellos momentos en los que los seres humanos pueden percibir en lo que se están convirtiendo. Un día bueno para la transmutación que llega como un terremoto que deja en su despertar las ruinas de la racionalidad, el orden y lo preconcebido.

El glifo náhuatl del ollin se representaba como dos barras anguladas entrelazadas y Rodrigo había tomado ese símbolo como emblema del partido.


Aunque las ideas políticas de Rodrigo habían iniciado el movimiento de “México en movimiento”, éste de ninguna manera quería imponer nada. Quería que su partido fuera una propuesta pragmática que reuniera lo mejor del pensamiento humano sin importar su corriente ideológica, política, cultural, social o religiosa.

Además, Rodrigo se había adueñado de todas las herramientas de la tecnología y había convocado a la primera asamblea nacional y constitutiva del partido en un espacio cibernético. En el evento habían participado más de cincuenta mil personas, tal y como lo había asentado el notario en el acta que daba fe del evento. En el blog que se había publicado en Internet, constantemente estaban enlazados más de mil personas discutiendo, proponiendo y adueñándose finalmente del partido. Eso era justamente lo que Rodrigo había querido y ya solo era cuestión de días para que el sueño se hiciera una realidad completa.

Rodrigo, evidentemente participaba activamente en todas estas discusiones, pero en ningún momento lo hacía como líder y fundador del partido. La hacía como uno más. Se había dado cuenta que la fuerza de la gente era enorme. Sus pensamientos y reflexiones eran impresionantemente creativos, una vez rotos los estigmas de la idiotización al que la sociedad los tenía sujetos. Solo era cuestión de dar un pequeño impulso y afloraba lo mejor. En los foros se participaba gente común y corriente cuya única herramienta era una computadora y la experiencia que les había dado la vida. Una vida que en estos momentos carecía de futuro, cuyo contenido fundamental era el sobrevivir, pero que estaba llena de impulso y esperanza. Ollin México estaba comenzando a mover al país.

“Pensé que te iba a encontrar aquí, jefe,” le dijo sonriendo una hermosa mujer de unos 25 años que se había acercado a la mesa.

“A eso le llamo eficiencia,” contestó Rodrigo riendo. Le hizo un gesto para que se sentara.

La mesera se acercó nuevamente y la recién llegada, que respondía al nombre de Isabel Martínez y fungía como secretaria de Rodrigo desde que egresó de la preparatoria secretarial siete años atrás. El trabajo con Rodrigo había sido su primero y no lo cambiaría por nada en el mundo ya que estaba enamorada del hombre, aunque ese era su secreto y nunca se lo había confesado.

“Te tengo un par de noticias.”

“¿Una buena y otra mala?, como en los cuentos,” rió nuevamente Rodrigo.

“Pues aunque sea de cuento, mucho me temo que así es. Primero la buena. Hablaron del IFE y nos mandaron decir que la semana que viene iba a ser la sesión para aprobar a los nuevos partidos. Todavía no sabían con exactitud el día, pero que seguro que era durante la semana.”
“Habrá que publicar la noticia entre nuestros ciber-afiliados. Vamos a ver cuántos nos acompañan y enseñan su cara.”

“Ya lo hice, y en unos minutos ya se había apuntado como cuarenta. En estos momentos ya deben de ser más de quinientos.”

“El que más me interesaría que fuera es ese que se apoda el dedos. Me parece un tipo muy vivo y apasionado. Pero venga, ¿cuál es la mala noticia?”

“Tu amiga Inés Alcocer. Acaba de morir de cáncer.”

“¿Te he platicado de ella? Fuimos novios en la secundaria. Cada vez que me acuerdo de ella pienso que hubiera sido más feliz si me caso con ella.”

“Si, me lo has mencionado siempre que ha aparecido su nombre. Sobre todo cuando hizo su último descubrimiento en Palenque,” le cortó la inspiración Isabel a la que no le interesaba escuchar hablar de amores, “el funeral es mañana a las once, la están velando en su casa y ya mandé un arreglo de flores.”

Rodrigo no pudo más que sonreír nuevamente. Sabía desde hacía mucho tiempo del amor que sentía la muchacha por él y por eso mismo la respetaba. No quería generarle más sufrimiento del que de por sí ya padecía. Teniendo una esposa distinta a la que tenía, quizá le hubiera pedido que fuera su amante, pero Rodrigo, con todos los problemas que tenía ya en casa, hasta ahora no se hubiera atrevido a proponérselo por el simple hecho de que le tenía pavor a su esposa.

“¿Te gustaría acompañarme? Mi esposa de ninguna forma me acompañaría. Mañana es su día de salón de belleza y ese no lo cambiaría ni aunque fueran los funerales de mi suegra.”

“Mañana temprano te aviso, jefe.”

“¿Sabes que es lo primero que vamos a hacer cuando lleguen los fondos del nuevo partido?”

“Comenzar la campaña de inmediato. Habrá que seleccionar candidatos para todos los puestos. Va a ser una rompedera en la red que no me la quiero ni imaginar.”

“Claro, pero antes de eso vamos a triplicarte el sueldo y comprarte el primer coche del partido.”

“Lo del sueldo lo podemos negociar, y, en cuanto al coche, es imposible estacionarse aquí en Polanco y para andar buscando varias horas al día donde dejarlo, mejor me sigo moviendo en taxi.”

“¿Y supongo que como siempre, quieres que te pague lo de tu taxi de regreso?...”

“…Porque la caja chica lleva meses sin un solo centavo,” concluyeron ambos al unísono.

continúa leyendo el siguiente capítulo: El Funeral

Read more...

Rodrigo e Isabel, los personajes de Ollin México

Diremos algo casi obvio sobre el personaje. Su nombre (al igual que el apellido Alcocer de Sofía) surgió del Mio Cid y sus personajes relacionados.
Siempre me han fascinado esos personajes que logran grandes cosas, prácticamente en solitario y se ganan su lugar en la historia. El nombre del Cid, quizá lo recuerdes es Rodrigo Díaz de Vivar. Si quieres recordar la historia de este presonaje aquí esta el link a su página en wikipedia. Si quieres releer el Cantar de mio Cid lo puedes descargar gratis aqui.

Con el apellido Palacios, estoy, de alguna manera jugando con el destino del personaje... obviamente me refiero al Palacio Nacional, la sede ejecutiva del gobierno mexicano.

Las mujeres que rodean a Rodrigo son:

Ana, su esposa y doña Refugio, su suegra, que pertenecen a una familia antaño rica. Ambas tratan de aferrarse a las viejas formas de la familia, pero lo tienen que hacer con serias limitaciones lo que las tiene de un constante mal humor. Sus nombres en este caso son secundarios pero responden a dos mujeres que conozco y he dotado a sus personajes con las características de ellas.

Isabel Martínez, es su joven y eficiente secretaria. De alguna forma representa la mítica secretaria enamorada de su jefe. No tanto porque sea amor, sino por la costumbre y el constante convivir con alguien que a pesar de su rol, resulta ser comprensivo. El destino le deparará un amor verdadero a Isabel, en unos cuántos capítulos te enterarás de quien se trata. Escogí su nombre un poco rebuscadamente. Una persona que en la que siempre vi esa eficiencia laboral como la que tiene Isabel, fue mi madre, que cumple años el 4 de julio, y ese día es el santoral de Isabel. El apellido Martinez se lo debe a un amigo que me acompaño durante mi etapa de militancia política.


El símbolo de Ollin

En algunos días pondré aquí toda una descripción del símbolo de Ollin en la cultura tolteca-nahua.

Por lo pronto pueden explorar el blog de Flavio Pimienta que tiene una propuesta bastante novedosa sobre el calendario tolteca.

Variantes de Ollin

Variantes de Ollin
Se antoja un pensar en un equilibrio entre los opuestos, como en el Ying Yang

Otra variante de Ollin

Otra variante de Ollin

Ollin

Ollin
Esta variante claramente surge del centro del calendario azteca (abajo)

El centro del calendario azteca

El centro del calendario azteca
Representa el símbolo de Ollin

Una pequeña explicación sobre el calendario azteca

  © Blogger templates Sunset by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP